sábado, 23 de abril de 2011

Detrás de un joven violento

Recuerde que detrás de niños o jóvenes violentos hay padres y madres violentos que generan este tipo de ambientes.
Los padres o tutores generan la idea de que golpear es divertido y que hay que gozar del peligro, por eso la violencia es natural para ellos.
Estos chicos y chicas se dedican a reunirse en la calle, a visitar periódicamente bares y discotecas, a escuchar música y a formar parte de pandillas callejeras.
Por regla general las chicas no forman parte de las pandillas callejeras, sino que son novias de los integrantes de las mismas.
Un contingente de estos jóvenes trabaja, pero es muy reducido. Por eso dicen ellos que su tiempo de ocio sólo pueden llenarlo en la calle o con algún trabajo (el que tiene la suerte de conseguirlo), porque no disponen de un lugar donde puedan socializarse, compartir, practicar deportes, realizar actividades culturales y recreativas.
El consumo de alcohol, de tabaco y de otras sustancias tóxicas para el organismo es frecuente entre los jóvenes de ambos sexos. En este sentido, nueve de los 18 centros educativos alcanzaron niveles altos de consumo.
El uso del alcohol va desde lo esporádico hasta lo periódico, y el 100% de la muestra indica que lo ha ingerido por lo menos una vez.
La familia es la base de la formación de estos jóvenes; por tanto, la descripción de cómo son los hogares de donde provienen nos indican qué valores manejan y qué modelos reproducen.
Eso significa que en todos estos hogares existe muy poca comunicación entre padres e hijos, y que las familias van desde aquellas que se encuentran en riesgo de desintegración hasta las que están ya desintegradas.
Las familias en riesgo tienen a los padres casi siempre fuera de casa por el trabajo, por la bebida (alcoholismo) o por el abandono (familias monoparentales o reconstituidas).
Las familias desintegradas no brindan un medio conveniente para que los adolescentes fortalezcan su identidad. Por tal razón, muchos de ellos tratan de afianzar dicha identidad en la calle, donde los modelos son del todo inadecuados.
Los problemas económicos son fuente de inspiración para los conflictos intra familiares; sin embargo, no podemos atribuir todo el peso de la agresión y de la violencia a este factor, porque la integralidad que concatena las variables antes mencionadas va gestando la cultura de la violencia en la que viven y actúan.
La familia juega aquí un papel preponderante, obrando como reproductora de la «cultura de la violencia», porque tal vez dicho modelo sea repetido en el futuro cuando esos jóvenes formen familia.
Quizás la manera de escapar a una realidad dolorosa sea la de las diversiones; describir cómo se divierten nos permitirá saber lo que los hace soñar, gozar y también aturdirse.

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